El mito de la traición tlaxcalteca: ¿Una nueva ideología?

El mito de la traición tlaxcalteca: ¿Una nueva ideología?



Como habrán podido observar en el título, vamos a tratar un tema que ya es algo conocido, y es referente al tema de la mal llamada "traición tlaxcalteca".
Esta entrada no tiene como objetivo explicar el contexto histórico de esta creencia, la cual se formó en las creencias de personas que poco o nada conocen sobre la historia de México, ya que a estas alturas, se debe saber que ni siquiera existía el país México, ni mucho menos Tlaxcala fue pueblo aliado o tributario de Tenochtitlan, por lo que Tlaxcala no se debería considerar como traidor.
Vamos a hablar sobre lo que aquí consideramos que puede ser el surgimiento de una nueva ideología.

Realmente, a día de hoy la historia se ha convertido en una herramienta para promover ideologías políticas, y para generar sentimientos de patriotismo y nacionalismo.
Sin embargo, sería complicado posicionarse en un bando histórico sin tener una visión sesgada, debido a que si se queremos ver la historia desde un punto de vista imparcial (la historia desde antes hasta la llegada de los españoles a lo que actualmente es México), veremos que casi la gran mayoría de los diferentes personajes históricos se convirtieron en lo que fueron a costa del sufrimiento ajeno, por lo que si se podría ver de algún modo, prácticamente casi todos habrían sido "los malos".

Teniendo en cuenta esto, retomaremos el punto inicial de la forma de pensar de la identidad nacionalista que hay en torno a Tlaxcala.
En los últimos tiempos, vemos que hay diversos portales de información que venden la idea de que Tlaxcala debería sentirse orgulloso de ser un "pueblo vencedor", el cual luchó en contra del opresor (el imperio mexica-tenochca).
Y no solo eso, vemos que también se nos dice que igual debemos ver con orgullo, el hecho de que los tlaxcaltecas hayan "conquistado" a otros pueblos (en el peor de los casos, algunos siguen usando el término "apaciguar").

Ojo, con esto no se pretende ver estos sucesos históricos con resentimiento, ni mucho menos negar que hubo tlaxcaltecas que ayudaron a las huestes de Cortés en la colonización. Pero con esto, podemos observar que de algún modo, se ha creado una perspectiva en donde se justifica la intervención hispana entre el conflicto que ya existía entre Tlaxcala y Mexico-Tenochtitlan, en donde además se busca enaltecer hechos históricos que terminaron siendo más beneficiosos para la élite de la época (los españoles) que para la gente común.

Celebrar este acontecimiento histórico simplemente sería fortalecer un nacionalismo rancio que a día de hoy sigue siendo un lastre para la memoria histórica de muchos tlaxcaltecas, y en general, de todos los mexicanos.
En la actualidad debemos enfocarnos en recuperar nuestra identidad cultural como pueblo originario. Por eso mismo, coincidimos con la idea de que estos temas históricos deben tratarse de manera imparcial, pues este no fue un suceso histórico que haya resultado beneficioso para todos, ni siquiera para los tlaxcaltecas comunes (incluso hubo aliados de la nobleza tlaxcalteca que fue ejecutada por seguir practicando su antiguo culto, en esencia, se puede decir que fueron traicionados).

Debemos desprendernos del nacionalismo mexicano del siglo XX, que solo nos alejó más de nuestro pasado cultural, y adulteró la memoria histórica de muchos de nosotros. Simplemente debemos de recobrar nuestra identidad, no en base a sucesos históricos, sino en base a nuestra cultura.

Si bien, el mito de la traición tlaxcalteca se empezó a explicar como una corrección a la memoria histórica que existe en torno a Tlaxcala, consideramos que actualmente está tomando otro rumbo, el cual es el del surgimiento de una nueva ideología. Una ideología que no sólo termina creando una especie de nacionalismo, sino que también es posible que en un futuro se utilice ésta ideología para exigir privilegios.

Hay capítulos de la historia cuyo único lugar es en los libros de historia; no merecen ser celebrados, pero si se debe tener en cuenta que sucedieron. Por lo mismo, los invitamos a que simplemente reivindiquemos nuestra identidad cultural. En el pasado habrán podido suceder mil cosas, pero nuestra cultura sigue en pie, a pesar de los agravios que hayan cometido autoridades religiosas en el siglo XIV, o la SEP en el siglo XX. Debemos sentirnos orgullosos de lo que somos.

Aquí concluyo esta entrada.

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